Los sábados y Depay
Todos los sábados por la mañana, después de jugar liga con mi equipo, espero con sonora impaciencia el partido de Premier League de las dos menos cuarto. Son motivos de grandeza suficiente para conseguir en mí un menos hostil despertar y encaminar un buen fin de semana. Dicho esto, el sábado pasado ni pude jugar liga con mi equipo ni hubo Premier League, imagínense... Tenía toda la pinta de ser una mañana terrorífica, pero encontré un acogedor refugio que me protegió de la lluvia y el aburrimiento: la Eredivisie. Así como el que tropieza con el amor de su vida por perder un tren, apareció ante mí un PSV-Heracles Almelo en la pantalla. Era una señal y tuve que seguirla, por lo que decidí ver el partido. Conocía solo a cinco o seis jugadores de las alineaciones, que apenas había visto jugar. Esto despertó más interés en mí, tenía ganas de empapar nuevo fútbol y seguí el choque con atención. El partido terminó 2-1 favorable al PSV Eindhoven, equipo que guardo en el recuerdo por verle perder frente al Milán en unas impresionantes semifinales de Champions dónde acabé prendado de Farfán y Ancelotti entrenaba aún a los rossoneri. Este nuevo PSV que me tocó observar el sábado estaba plagado de jóvenes futbolistas enfermos de inexperiencia y cargados de ingredientes para comerse el mundo. Defensivamente muy frágiles, pero increíblemente atractivos en ataque. El Heracles apretó hasta el final buscando el 2-2, fue un encuentro muy bonito, le vi similitudes con partidos de Bundesliga.
Cada vez que veo algo nuevo me enamoro de un detalle y ese fue Memphis Depay. Me fascinó. Su nombre me sonaba, pero le desconocía totalmente. Es un extremo diestro que juega tirado a la izquierda, buscando herir al rival en todo momento. No paró de intentar regates, pases y disparos durante todo el partido, destilando talento, chispa, ese don que se percibe solo con ver un control orientado. Es jugador de baricentro bajo, robusto y durísimo de desequilibrar, parecido a Alexis Sánchez. Arrastraba al PSV hacia la orilla cuando éste iba destinado al naufragio por aguas turbulentas. Sus veinte años incluyen el pack de la falta de trabajo defensivo y su poco acertada toma de decisiones. Marcó el primer gol del partido y es holandés de padre ghanés. Atentos a mi nuevo jugador de la semana, Memphis Depay.
