11.07.2014 23:23
El Barça construye más rápido que Florentino. Camuflados entre la verguüenza carioca, anuncian el fichaje de Luis Suárez y suman en su cuenta de fugaces altas y bajas. Reformas en ataque, medio y portería, pero no en defensa, curiosamente. El equipo que preparan asusta, pero más su creciente hipocresía y transvase de ideas. Un club castigado por la FIFA firma a un jugador también penado por este desternillante organismo. Mordiscos aparte, el Barça junta a una delantera galáctica, que no ayuda ni a Messi ni al pobre Busquets. Parece ser que Luis Enrique también cree que el diez de Argentina nunca volverá a ser el diez de Guardiola, aunque regrese de Maracaná con la acreditación de mejor jugador de la historia. Sabella dice que si tienes al más grande habrá que girar en torno a él, construir sobre él, y así ganar. Neymar, Suárez o Messi, ¿quién será el más grande para Luis Enrique? A priori, el tridente culé resulta anárquico y no aparenta potenciarse, pero el miedo es un factor. O elegir a quien mejor se las gaste o confiar en las botas y en la dicha de Iniesta, la alcahueta. Eso sí, no podrá contar ni con Cesc (marginado con Mou) ni con Xavi (al borde de la jubilación) y tendrá que hacer buenas migas obligadas con el rubio de acento sevillano. Para más inri, Luis Enrique debe obligar a los de botas fosforitas a presionar y morder (Suárez no, por favor) al contrario si quieren hacer historia, y eso nunca es fácil. Los nuevos inquilinos de la portería lo agradecerán.
O la zurda de Messi o la diestrade Neymar o el corazón del uruguayo. O los tres. Los encargados de espolear al nuevo Barça.
