¿Y quién defiende?
19.07.2014 17:11
Kroos y luego James. Y un delantero. Florentino navega sin límites por el mundo de los fichajes, firma en servilletas y seduce con visitas relámpago a sus caprichos. Amante de lo exquisito, como buen millonario, persigue siempre lo mejor y más caro. Ni con la décima en sus vitrinas baja su ritmo, prepara una nueva revolución.
Sus primeros movimientos dan vértigo, pregunten a Ancelotti. El defensor del equilibrio teme por hundirse y perder a su flotador, Di María. El argentino ha sido el jugador más determinante del año de la Champions, el que más corrió y el que más ayudó a su equipo. Para Florentino no es suficientemente estético y excesivamente problemático, un incordio. Una pena que no aprecie la mayor de las magias, que un futbolista se deje el alma por su club, que acelere en cada apartado de su deporte, que defienda y que ataque a tan alto nivel. Ancelotti sabe que el valor del ángel rosarino es incalculable, pero su talante le impide discutir con el jefe.
Casemiro marchó a Portugal en busca de tiempo y Khedira (el doble del alemán) parece que se va. Kroos, Alonso, Modric, Isco, Illarramendi y James (?). Ningún interior de vocación defensiva ni con la capacidad de sacrificio de Di María, algo inpensable en el fútbol que corre. Florentino, el de los grandes retos, debe convencer y renovar al "fideo", por el bien del equipo al que dice amar. James es brillante e innecesario, protagonista en un bloque que se entregue a su zurda, algo que Cristiano imposibilita. Si finalmente viene y Di María se va, el Madrid perderá un recurso definitivo, más camisetas y menos trabajo, además del exilio de Isco. Únicamente el colombiano tendría un cobijo razonable como reemplazante de Morata y con un rol de sexto hombre, al igual que Jesé. A Florentino le queda un mes y medio de juego. Ancelotti se tapa los ojos.
